Nicolas
Estrada vive y trabaja como joyero en la ciudad de Barcelona desde el año 2000
donde cursó estudios de joyería artística en la Escuela Massana. Se
ha formado en distintas áreas técnicas de la joyería, así como técnicas
tradicionales, como la joyería bereber de la Kabylia, la talla de piedras y también la
filigrana de Mompox, en Colombia.
Su
trabajo es personal y trasgresor: así, quien se interesa por una de sus piezas
acaba identificándose con ella. El hecho de haberse criado en medio de un
período de gran conflicto social, ha influido mucho en su obra que se basa en
los recuerdos de su juventud con la búsqueda de una reflexión recurrente.
Recientemente,
Nicolas ha publicado tres libros: Nuevos anillos: más de 500 diseños de todo el
mundo, y los pendientes Nuevos: 500 + diseños de todo el mundo y Nuevos
Collares: más de 500 diseños de todo el mundo.
Sus
joyas pueden encontrarse en galerías de todo el mundo, desde Glasgow, a Turín o
Riga, y desde San Francisco a Medellín o Barcelona.
Después
de obtener el AMF en julio de 2015, desde Hochschule Trier, Campus
Idar-Oberstein regresó a Barcelona y volvió a abrir su Taller Estudio para
continuar trabajando en la talla de piedras preciosas y en la joyería artística.
Por el momento, Nicolás tiene dos líneas de trabajo diferenciadas: la joyería
artística de gama alta bajo su propio nombre, y la joyería comercial bajo el
nombre de su marca, Amarillo Joyas.
"Comparo los diferentes mundos que fui conociendo
y, por un lado, me gusta mucho la seguridad que ofrecen los países del norte
europeo, que paradójicamente se traduce en una joyería muy arriesgada porque
los artistas no temen explorar, experimentar o equivocarse; las escuelas los inducen
a ello. Tratar los materiales preciosos sin miedo, como si fueran comunes. Me
gusta el respeto que sienten los escandinavos por la naturaleza y como se
plasma ese respeto en su trabajo. Por otro, admiro la nueva joyería que llega
de Asia, me sorprende y me emociona la joyería que veo de Korea, China, Taiwan
y Japón. Estados Unidos es siempre abundante y masivo, dentro de tanto y tanto
que se produce allí hay lenguajes muy destacables.
Siempre busco plasmar mis experiencias y
vivencias. En mi joyería cuento mis historias y por supuesto que el universo de
nuestra literatura y de Macondo está siempre presente, es mi pasado, la tierra
en la que nací y crecí, los conflictos que me tocó vivir y sufrir y que ahora
puedo ver con otra perspectiva desde la infinita seguridad que ofrece el
continente europeo".(Fragmento de texto via Wall Street International).